Evaluarse como estudiante
Uno de los temas que más dudas me genera es el concepto de evaluación. Pues desde siempre he sido formado en una evaluación en la que importa sólo un resultado, ignorando procesos y estrategias. Es más cada vez que se habla de evaluación se inicia una polémica alrededor del concepto, promoviendo más dudas que situaciones claras. Eso se ve en las evaluaciones institucionales, en las evaluaciones de un proceso académico, donde se suele confundir evaluación con prueba, en donde se distancian la propuesta de evaluación y la evaluación como tal, es decir, se planea algo y se ejecuta otra cosa.
Ahora bien, en mi experiencia académica he aprendido que la evaluación debe ser un asunto de procesos en los cuales deben participar todos los actores del mismo, y que los resultados deben convertirse en un punto de apoyo para otro proceso, no como parámetro final, que sólo cuenta como dato estadístico.
Mi experiencia como participante la puedo evaluar a partir de los siguientes asuntos:
¿Me ha servido el o los cursos que he realizado?
Puedo decir que en su gran mayoría sí, ya que con ellos he potenciado mi labor como docente.
¿Para qué me ha servido lo que he hecho?
Me han servido como herramientas que apoyan y fortalecen los procesos de enseñanza- aprendizaje de mis estudiantes, además me han aportado dominio sobre nuevas formas de programar, planear y ejecutar los procesos de enseñanza.
¿Qué ha generado esta experiencia?
En primer lugar, satisfacción personal al lograr adentrarme más al mundo de las tecnologías de la información y la comunicación, en segundo lugar, he logrado acercarme más a los estudiantes ya que con estos espacios he aprendido a interactuar de otra manera, es decir, la clase es una especie de aula abierta.
¿Qué propuestas he creado a partir de la formación?
Con las formaciones que he recibido, he creado un ambiente virtual de aprendizaje, en el cual los estudiantes pueden repasar e interactuar con los conceptos que se trabajan en las clases, la idea es que los estudiantes puedan acceder a la información de lo trabajado en cualquier momento y con ello puedan afianzar conceptos, aclarar y generar dudas.
Hola LuiZ, espero que estés bien. Estoy de acuerdo en que la evaluación a la que hemos sido "sometidos" la que nos ha tocado "padecer" nos da miedo, nos produce escozor y hasta sentimos desconfianza, siempre que escuchamos la palabra examen en un aula de clase muchos inmediatamente lanzan la pregunta ¿por qué? o como diría el chavo del 8 ¿y yo ya que hice? Es definitivo la evaluación es nuestra enemiga, la tenemos que evadir, hay que ganarla a como dé lugar... (ver la continuación de este comentario en mi blog: http://andrespcblog.blogspot.com/2012/02/la-evaluacion-la-mentira-el-castigo-y.html)
ResponderEliminarLuiz, me parecen muy acertados los comentarios sobre la evaluación y más específicamente en lo que tiene que ver con los procesos, pues es difícil en muchas ocasiones verificar esos avances en la evaluación, ya que sólo observamos los resultados finales; pero ¿cómo realizar propuestas evaluativas diferentes que no se basen en evaluaciones pesadas y complejas o talladoras como dirían los estudiantes?, soy docente de Física y Química y vivo situaciones semejantes cotidianamente; por esta razón he comprendido que podemos evaluar de otra forma sin descuidar la rigurosidad de los cursos, por ejemplo, potenciar habilidades de éstos alumnos que no son “tan buenos” en las áreas exactas y compartirlas con los demás estudiantes para generar compromisos y otros medios de aprendizaje no tradicionales; podemos enseñar matemáticas desde el arte, la música y desde los procesos cotidianos donde las abstracciones pueden quedar plasmadas y entendidas con mayor facilidad
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